EL ÁNGEL AZUL


Josef von Sternberg

Alemania, 1930



"El ángel azul" es una de esas películas que se adelantan a su tiempo. Josef von Sternberg aborda aquí uno de sus temas predilectos: la degradación humana. Un respetable profesor (de la época en que los profesores eran prácticamente eminencias) va a parar a "El ángel azul" intentando preservar la honra de sus alumnos (antes, los profesores 'daban clase' también fuera de sus aulas). "El ángel azul" es un cabaret donde actúa una tal Lola, Lola, que tiene encandilados a sus alumnos. El viejo profesor no tardará en quedar atrapado en las redes de Lola. Aunque él es perfectamente consciente de dónde le va a llevar todo ese ambiente, elige permanecer al lado de Lola.

El profesor es interpretado por Emil Jannings, prestigioso actor en aquellos años que aquí hace una interpretación algo excesiva (no en vano viene del mudo). Como ya hicera en "El último" de Murnau tiñe a su personaje de cierta comicidad, en momentos llegando al ridículo, lo cuál hace al personaje más humano y más débil. Es interesante comparar este papel de profesor de "El ángel azul" y el de portero de hotel de "El último". Mientras que el profesor pierde su dignidad que no recupera, el portero pierde la dignidad que nunca tuvo realmente para luego recobrarla in extremis gracias a la clemencia de Murnau que se apiadó de su personaje. Mientras que el profesor elige perder su dignidad, el portero se ve obligado por circunstancias sociales.

Pero si por algo es famosa esta película es por el descubrimiento de Marlene Dietrich. Marlene interpreta, por supuesto, a Lola. Una mujer fuerte que es capaz de conseguir lo que desea gracias a su descaro sexual. Lola se sabe irresistible y juega con los hombres, los humilla y los destruye. Lola es como una mantis religiosa que exhibe sus encantos sin pudor ante los machos... para después devorarlos. Lola es puro sexo, Marlene es puro sexo. Dicen que Sternberg inventó a Marlene, pero yo creo que Marlene era Marlene antes de Sternberg.

El viejo profesor termina por convertirse en ese payaso que se pasea de un lado a otro con mirada inquieta. Obligado a humillarse ante su gente (eso le duele poco), mientras su Lola se da el lote con un extraño (eso le duele más). Dijo Jean Cocteau de Marlene Dietrich "Su nombre empieza con una caricia y termina como un látigo", y es verdad. Y ese elefante flagelado sin piedad vuelve delirando a su liceo a descansar en su antiguo pupitre, quién sabe si arrepentido, quién sabe si eternamente.